miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ja Ja Ja Ja Ja ! ! ! ! !

Hemorroides

Vieron que comenté mi operación la semana pasada
Se enteró mi amigo Pancracio y me pidó que comente lo que a él le ocurrió en un Sanatorio de Avellaneda
- El nombre del Sanatorio querés . . . ¿ para qué ? . . . no empecé y ya pedís . . . no me distraigas porfa . . .
- Y bueno
- Estaba sentado haciendo mis necesidades biológicas en casa y cuando voy a descargar la impiadosa correntada de líquido incoloro para llevar "todo" a las entrañas de las cloacas y veo manchas de sangre y bastante - me comenta Pancracio-
- ¿ Y ?
- Vos sabés el susto que me pegué
- La sangre siempre asusta
- Me vine al consultorio de la Fábrica bien tempranito a la mañana siguiente a ver al tordo. Te acordás del "choruga" e hincha de Independiente. Estaba él, con el "locólogo" hincha de Boca
Pensar que los dos somos Académicos y en esa época no podían gastarnos como ahora

Te acordás de La Siat. Qué Fábrica inolvidable.
- Hacela corta y decime que te dijo
- Me mandó al sanatorio de la empresa con turno urgente para el Proctólogo. Decía que eran hemorroides y que el especialista me iba a indicar la gravedad del caso
- Fuiste
- Pará. Intercedió el otro y se reía, mejor se sonreía sarcasticamente diciéndome: " Perdiste Pancracio, no sabés los dedotes que tiene ese tipo Ja Ja Ja Ja Ja Ja " y los dos tordos gozaban como nunca
- Y cuando fuiste
- Ese mismo día. Me atendió el proctólogo, me dió anotado lo que no podía comer en tres días y que lo viera al cabo de ese tiempo y me dió un turno. Ya sabés, para que esté limpia la cañería . . .
- Sí. Me imagino. Para auscultarte con sus dedos y que no se le ensucien, desgraciado puerco
- Vos también me gozás - me tiró Pancracio-
- No. Seguí contando
- Cuando entré estaba él y una mujer con guardapolvo blanco
- La Srta. es recién recibida y está cursando su Residencia; Ud. permite que vea como lo reviso
- De acuerdo Dr. -le dije- la piba era un minón, un camión, hermosa sonrisa, bellísima
- Y que pasó
- Me dijo que me sacara los pantalones, los calzoncillos y la camisa
- Quedaste en bolas ¿ para qué tanto quite de ropa ?
- No sabíe ni sabré -acotó Pancracio-
- Seguí rápido que me tengo que ir -le dije -
- Bueno. "póngase en cuatro patas y habra las piernas" dijo el doc
- ¡ ¡ ¡ Te violó ja ja ja ja ja ! ! !
- Nooooo . . . me empezó a embadurnar con xilocaína para adormercer la zona
- No te dije . . .
- Sentí de repente . . .
- Ja Ja Ja el pedazo del doc . . .
- No gil, en serio, metía como un embudito y su dedo . . .
- No puedo parar de reirme, le dije a Pancracio- ¡ te ensartó !
- No dolía nada, pero tardaba un siglo
- No dije
- Y en eso bajé la cabeza para ver que pasaba atrás mío
- Qué había
- Había . . . La Doctorcita roja-roja su carita y riéndose sin emitir sonidos; y el médico le hacía señas sobre mis atributos sexuales que estaban colgando a su merced. Estaban jugando a los mudos a mis costillas
- ¡ ¡ ¡ Aaaaaahhhhhh ! ! !
- . . . y ya había pasado como media hora según pude ver en mi reloj, así como estaba en esa posición tipo hombre de las cavernas de hace 20.000 siglos atrás
- ¿ Dolía . . . ?
- No bolu . . . cansaba . . . y le dije: ¿ doctor, falta mucho ?
- No amigo, puede cambiarse
Me cambié, la mina había desaparecido y con una sonrisa el médico me dijo:
- Le receto este lubricante para cuando se sienta constreñido; es nada más que una inflamación, no es operable
- Menos mal - le dije -
- Porque -dijo el doc-
- Si fuera operable me tiene dos horas en cuatro patas y se trae a toda la Facultad de Medicina para que me mire en bolas
- No es para tanto, amigo
- . . . . decime que te gustó Pancracio . . .
- ¡ Todavía me cargas vos !
- ¡ Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja !

Todavía, a 25 años de ese hecho suenan mis risotas en los pasillos de la fábrica . . .


Daniel H Spagnolo ( 7 Febrero 2009 )

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