"Las lauchitas"
Los seres humanos tienen virtudes, defectos y otras aptitudes y lo que vos
quieras
En nuestro Club del Barrio – para los extranjeros, en Remedios de Escalada, Partido de Lanús, Prov. De Buenos Aires, Argentina – nos reunimos amigos y conocidos de todos los sexos de este Siglo XXI, sin distinciones de clases sociales, económicas, religiosas, sexuales y cualquiera que se te ocurra o exista
Todos opinamos de todo y de lo que venga a la mente y las neuronas del que inicia la conversación
También tomamos nuestras copas del líquido que también se te ocurra y también cenamos o comemos alguna exquisitez de las que abundan en nuestro Buffet
Nunca nadie se va “en pedo” beodo-o borracho para otras lenguas del mundo; sí a veces alguno un poquito mareadito o mareadita. En este último caso se trata de que no se note
Y a veces aparece alguna lauchita
Este es el tema de hoy
Lauchitas de esas que se cuelan en las estanterías de las casas más limpias del mundo
Y en las alacenas se alimentan de aquellas cosas que guardamos para futuras y ricas comidas, delicias de los habitantes de los hogares
En nuestro Club apareció Laucha E
Y que costumbre tenía
Les cuento
El Buffet tiene un mostrador-heladera, un espacio para el que atiende, y luego una puerta que lleva a la cocina. En esa puerta hay una cortina de tiras para permitir entrar y salir con las deliciosas delicias (¿) que nos confecciona la cocinera de turno
Agrego que socios y Comisión Directiva nos turnamos en esa atención a los parroquianos y parroquianas
Sobre el mostrador están ubicadas las golosinas para los pibes y pibas y las empanadas, además de otras golosinas
Qué hacía Laucha E
Cuando el bufetero se metía adentro de la cocina, para tomar los platos que le entregaba la cocinera, Laucha E tomaba una empanada de la bandeja y hacía una seña con su dedo índice, indicándole al amigo bufetero que se la anotase, para pagarle antes de retirarse del Club
Luego se iba hacia el baño
Podía esperar a que la empanada se la entregase el bufetero o ir primero al baño a hacer sus necesidades
En el baño lo encontrábamos, no haciendo sus necesidades, sino comiéndose la empanada
Que pasaba
El bufetero entretenido en retirar los platos que le entregaba la cocinera, no le veía ese gesto indicándole que se llevaba una empanada; y tampoco lo veía cuando se la estaba comiendo
Pero le salió mal
Uno de los bufeteros sospecho de una actitud suya, lo dejó tomar la empanada, vió el gesto que todos veíamos, que se preocupaba que todos viésemos menos el bufetero, y lo siguió hasta el baño
Le hizo pasar tanto mal rato con las cosas que le dijo, que Laucha E no vino más al Club
Ese día lo conocimos bien a Laucha E
Como me comentó un sociólogo en todos los grupos están todos los personajes de la vida. Y si uno se va, otro lo reemplaza
Y en el Club tenemos ahora a Laucha R
Pero esta laucha toma las cosas sin pagar de frente al bufetero
Tomá maníes, caramelos, soda y no paga
Son pequeñas porciones, que hasta le dan verguenza y un no se qué, pedirle el pago
Pero va a encontrar uno de los bufeteros que no se lo va a permitir más
Es una abuso que no sabemos adonde va a terminar
Es lo que nosotros llamamos el ventajero, el que pide cigarros y nunca invita
Se trata de eso
Veremos como termina esta otra laucha de la cocina y el buffet del Argentino de Lanús
Daniel H. Spagnolo
En nuestro Club del Barrio – para los extranjeros, en Remedios de Escalada, Partido de Lanús, Prov. De Buenos Aires, Argentina – nos reunimos amigos y conocidos de todos los sexos de este Siglo XXI, sin distinciones de clases sociales, económicas, religiosas, sexuales y cualquiera que se te ocurra o exista
Todos opinamos de todo y de lo que venga a la mente y las neuronas del que inicia la conversación
También tomamos nuestras copas del líquido que también se te ocurra y también cenamos o comemos alguna exquisitez de las que abundan en nuestro Buffet
Nunca nadie se va “en pedo” beodo-o borracho para otras lenguas del mundo; sí a veces alguno un poquito mareadito o mareadita. En este último caso se trata de que no se note
Y a veces aparece alguna lauchita
Este es el tema de hoy
Lauchitas de esas que se cuelan en las estanterías de las casas más limpias del mundo
Y en las alacenas se alimentan de aquellas cosas que guardamos para futuras y ricas comidas, delicias de los habitantes de los hogares
En nuestro Club apareció Laucha E
Y que costumbre tenía
Les cuento
El Buffet tiene un mostrador-heladera, un espacio para el que atiende, y luego una puerta que lleva a la cocina. En esa puerta hay una cortina de tiras para permitir entrar y salir con las deliciosas delicias (¿) que nos confecciona la cocinera de turno
Agrego que socios y Comisión Directiva nos turnamos en esa atención a los parroquianos y parroquianas
Sobre el mostrador están ubicadas las golosinas para los pibes y pibas y las empanadas, además de otras golosinas
Qué hacía Laucha E
Cuando el bufetero se metía adentro de la cocina, para tomar los platos que le entregaba la cocinera, Laucha E tomaba una empanada de la bandeja y hacía una seña con su dedo índice, indicándole al amigo bufetero que se la anotase, para pagarle antes de retirarse del Club
Luego se iba hacia el baño
Podía esperar a que la empanada se la entregase el bufetero o ir primero al baño a hacer sus necesidades
En el baño lo encontrábamos, no haciendo sus necesidades, sino comiéndose la empanada
Que pasaba
El bufetero entretenido en retirar los platos que le entregaba la cocinera, no le veía ese gesto indicándole que se llevaba una empanada; y tampoco lo veía cuando se la estaba comiendo
Pero le salió mal
Uno de los bufeteros sospecho de una actitud suya, lo dejó tomar la empanada, vió el gesto que todos veíamos, que se preocupaba que todos viésemos menos el bufetero, y lo siguió hasta el baño
Le hizo pasar tanto mal rato con las cosas que le dijo, que Laucha E no vino más al Club
Ese día lo conocimos bien a Laucha E
Como me comentó un sociólogo en todos los grupos están todos los personajes de la vida. Y si uno se va, otro lo reemplaza
Y en el Club tenemos ahora a Laucha R
Pero esta laucha toma las cosas sin pagar de frente al bufetero
Tomá maníes, caramelos, soda y no paga
Son pequeñas porciones, que hasta le dan verguenza y un no se qué, pedirle el pago
Pero va a encontrar uno de los bufeteros que no se lo va a permitir más
Es una abuso que no sabemos adonde va a terminar
Es lo que nosotros llamamos el ventajero, el que pide cigarros y nunca invita
Se trata de eso
Veremos como termina esta otra laucha de la cocina y el buffet del Argentino de Lanús
Daniel H. Spagnolo
1 de Setiembre de 2008
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