25 NOV 2012 00:00h-Clarin
DE SANTA FE A MODENA COCHES PREMIUM CON ACENTO CRIOLLO
Un auto argentino entre Ferraris y Lamborghinis
Horacio Pagani fabrica autos deportivos para millonarios en Italia, país en donde trabajó para las más célebres marcas del rubro.
- PorFERNANDO AMDAN
- ESPECIAL PARA CLARIN
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De Casilda a Módena. Horacio Pagani, junto a una de sus creaciones, en la planta que acaba de inaugurar en Módena, Italia.
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Horacio Pagani no tiene nada que ver con el reconocido periodista deportivo, pero su historia es muy llamativa. Con 26 años y una carta de recomendación del multicampeón Juan Manuel Fangio, este santafesino oriundo de Casilda llegó a Italia con las valijas vacías y hoy fabrica autos de lujo para millonarios y empresarios, que llegan a pagar hasta 2 millones de euros por cada uno de sus modelos, cuyos diseños compiten en las grandes ligas con Lamborghini, Ferrari, Porsche y Alfa Romeo, entre otras marcas premium.
Así nació Pagani Automobili, una de las automotrices de alta gama más importantes del mundo. Tras inaugurar un nuevo predio en Módena, la planta produce entre 40 y 60 unidades al año, muchos de los cuales son a medida del cliente. “Mis clientes son personas muy ricas, pero también son de perfil muy bajo”, explicó Pagani en diálogo con iEco . Pagani Automobili factura unos 40 millones de euros al año, de los cuales dedica un 10% a la investigación y desarrollo de nuevos materiales.
“El diferencial de nuestra empresa está en la posibilidad de unir arte y ciencia en un objeto que puede andar a más de 350 kilómetros por hora”, describe Pagani. La empresa trabaja sobre dos modelos básicos: el Zonda, que alude al viento cuyano, y el Huayra, una voz quechua que significa viento. Ambos están considerados entre los autos deportivos más caros y veloces del mundo. “Ferrari fabrica 700 autos al año y nosotros, entre 40 y 60, lo que nos permite atender demandas puntuales de los clientes para los cuales, a veces, hacemos cosas especiales”, resume el empresario.
En Italia, Pagani trabajó en Lamborghini y Ferrari. Ya en la Argentina, coronó en parte su ambición de trabajar en el rubro de competición, incluso llegó a diseñar un auto F2 para el equipo argentino de Renault, pero también casas rodantes, máquinas agrícolas, bicicletas y hasta sillas ortopédicas. Recibido de ingeniero mecánico en la Universidad de Rosario, empezó a destacarse en concursos internacionales, como el del Royal College of Art de Londres y The Art Center, en Pasadena.
En 1983, finalmente, llega a Italia con Cristina, en ese entonces su novia y su actual esposa. “Llegamos con poco, nos compramos una bicicleta y una carpa”, recuerda Pagani sobre aquel inicio difícil de su carrera. Finalmente, un año después, ingresó a trabajar en Lamborghini, donde escaló posiciones hasta formar su propia task forcedentro de la empresa. Pagani se distinguió a tal punto que es uno de los tres diseñadores de la célebre Lamborghini Diablo.
Poco tiempo después, la industria de autos deportivos entró en crisis. En plena Guerra del Golfo las fábricas trabajaban a un 20%, pero en ese momento Pagani decidió dar su gran salto personal: diseñar su propio auto. “Era difícil porque no contaba con fondos propios. Me llevó de 1991 a 1999 para fabricar el primer auto que presentamos públicamente”, señala. Continuó colaborando con las grandes marcas de autos deportivos, pero Pagani ya apostaba por la suya. La presentación del modelo Zonda C12, en la exposición Motor Show de Génova de 1999, constituyó su primer gran éxito público. El año pasado lanzó el Huayra, otro auto deportivo de alta gama con diseño futurista.
Este año, Pagani Automobili inauguró su segunda fábrica en Módena, Italia, cuatro veces más grande que la primera. “Este nuevo espacio es un sueño que acaricio desde hace tiempo, y la proyectamos con mis hijos Leonardo y Christopher. Es moderna y concentrará todo menos el centro creativo y el de investigación”, dice. Las nuevas instalaciones de la empresa cuentan además con un spa y un museo en el que se exhiben todos sus modelos, que visitan alrededor de 150 personas por día.
“Es algo más grande, pero siempre con el espíritu de un atelier”, remarca Pagani. Todo con el objetivo de trabajar cada detalle de los autos, hasta la elección de los tornillos que se utilizan para cada unidad. “Las demás marcas de autos de lujo perdieron estas características, en especial desde que pasaron a manos de los grandes grupos automovilísticos. Lograron mayor estabilidad económica, sí, pero le quitan el aura a los creadores”, concluyó el empresario.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/auto-argentino-Ferraris-Lamborghinis_0_817118527.html
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