CENS 455 “LA CANTABRICA”
02 Diciembre 2011
Haedo - Morón
Cuando me encomendaron el discurso para esta graduación alguien me aconsejó comenzar con una frase célebre o con un refrán famoso. Me indicaron que en ningún discurso deben faltar.
Entonces elegí dos dichos de Albert Einstein. Aquí va el primero:
“Hay dos maneras de vivir la vida, una, como si todo fuese pura casualidad y otra, como si todo fuese un milagro.”
De ninguna de las dos formas se requiere esfuerzo alguno, todo es dejar que ocurran las cosas.
Pero hoy aquí, de 3º 1º, se reúnen 26 personas, además, sumados todos los terceros años, alcanzamos 70 historias diferentes, que por distintos motivos, llegamos hasta aquí.
Nada es tan fácil como parece, ni tan difícil que requiera un milagro. Pero cada uno debió esforzarse, en mayor o menor medida, y cumplir con distintos requerimientos cotidianos. No fue en vano ya que hoy culmina esa etapa. Como es natural, algunos compartimos los tres años, algunos quedaron en el camino y otros se fueron incorporando.
Así son las relaciones humanas, llenas de sumas y restas, multiplicaciones y divisiones.
¡Tranquilos! Si hemos superado a los malditos polinomios, a los terribles mapas conceptuales y a las desconcertantes cohesiones textuales, y además, te hacen desaparecer la inflación o te transforman inseguridades en vagas sensaciones, y hemos llegado hasta aquí, estamos preparados para todo.
Desde mañana vendrán nuevos desafíos, nuevos sueños, que requerirán otros esfuerzos y cada uno seguirá su camino con la finalidad de culminar otra etapa en su vida.
¡Ánimo! ¡El ser humano se atreve a cosas tremendas!
Por eso, también elegí, un segundo dicho de Albert Einstein que refleja una gran verdad:
“Existen dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana, aunque de la primera, tengo mis serias dudas”.
Hubo dos guerras mundiales, dos bombas atómicas y varios genocidios tremendos.
Pero también hubo avances científicos y tecnológicos que nos asombraron. Se llegó a la luna, se enviaron sondas interestelares y se logró incrementar la expectativa de vida.
Así es, el ser humano se atreve a cosas tremendas. Y el mundo sigue girando.
Nosotros, los 26 ó los 70, llegamos hasta aquí, y desde aquí, partiremos hacia nuevos destinos y por distintos rumbos. Es posible que muchos de nosotros no volvamos a vernos nunca más. Tal vez no compartamos nuevos esfuerzos y ni siquiera recordemos todo lo compartido.
¡Así son las relaciones humanas!
Suerte a todos y gracias por compartir este tiempo. Yo los llevaré en el recuerdo y en mi corazón.
Me despido con la mención de la juventud, representada por Magalí Alexandra Demarchi (18 años) y con la mención de la experiencia, representada por Manuela Adelaida Romano (76 años), ambas, compañeras de 3º 1º.
¡Gracias a todos los terceros!
¡Gracias!… y… ¡hasta siempre!… ¡¡¡3º 1º!!!
Eduardo Roberto DUTCHEN
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