miércoles, 1 de agosto de 2012

BORRACHO PERO CULTO

Un político cualquiera que estaba en plena campaña, llegó a un pueblo del interior del país, se paró sobre un estrado e inició su discurso:
-¡Compatriotas, compañeros, amigos!
Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte.
El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o arrejunta, en mi postulación, aspiración o candidatura a la Intendencia de este municipio.
De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:
¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?
Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc.
La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy.
Y la tercera palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo como por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.
De inmediato, el borracho, se levanta y le dice:
Postulante, aspirante o candidato...
¡hic! El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico, borracho o hasta el culo...
hic! no implica, significa, o quiere decir, que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido...
¡hic!. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece
¡hic! puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando. .. .
¡hic!, sus bártulos, efectos o cachivaches. …
¡hic! y encaminarse, dirigirse o irse, derechito:
a la progenitora de sus días, a la madre que lo llevó en su seno, o a la puta que lo parió.

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