miércoles, 5 de junio de 2013

El borracho y el catador de pollos

Es un cuento viejisimo, pero tiene actualidad

Un borracho, casi cayéndose, entra a un restaurante y se sienta en una butaca a la barra.
Pide un vino y comienza a tomar.
A todo esto, entra al restaurante un hombre, bien vestido, se sienta a una mesa,
llama al mozo y pide un pollo con papas fritas y aclara:
Mozo, el pollo tiene que ser criado en Rosario.
Mire que otro no me gusta.
El borracho que estaba en la barra, para la oreja.
Vuelve el mozo y le sirve el pollo con papas frita.
Antes de retirarse, el hombre le dice: Espere mozo.
Entonces toma el pollo por las patas, le mete el dedo en el culo, lo huele y dice:
Este pollo no es de Rosario.
* Este pollo fue criado en la granja Los Mirasoles de Entre Ríos.
Le digo más: La granja esta en la calle Cristóbal Colón 1135.
Así que, mozo retire esto y tráigame, por favor un pollo de Rosario.
El mozo, asombrado, pide disculpas y retira lo que había traído. 
El borracho, que había escuchado todo,no podía creer nada.
Se refregaba los ojos, se pellizcaba.
Tomaba más vino y estaba como loco. Vuelve el mozo, con otro pollo.
El parroquiano, realiza la misma operación: toma el pollo por las patas,
lo levanta, le mete el dedo en el culo, lo huele y le dice:
* Mozo, este pollo no es de Rosario; es de la Pcia. de La Pampa;
de la granja La Gran Húmeda que esta en la calle 25 de Mayo 5210.
* Por favor mozo retire esto.
Voy a tomarlo como un mal entendido y esta vez tráigame un pollo de Rosario, por favor.
El borracho, entendía menos que antes; se golpeaba la cabeza, daba vueltas a la silla, se pellizcaba.
Estaba reloco y tomaba más vino.
Volvió el mozo, sirvió el pollo. El hombre realizó la misma prueba y dijo:
* Ahora sí. Este sí es un pollo de Rosario y es de los mejores; de la
granja Los Esteros que esta en la calle San Juan 2152. Y se dispuso a comer.
El borracho se cayó de la butaca. Se pegaba la cabeza contra la barra y
siguió tomando vino.
Cuando este señor terminó de comer, llamó al mozo y le pidió la cuenta.
Entonces el borracho como pudo, se paró, chocando contra las mesas se fue
hasta la puerta y se paró en el marco de la misma, impidiendo la salida.
Cuando llegó este hombre, el borracho le dijo:
* Perdóneme señor, pero escuché lo que le pidió al mozo y vi lo que hizo con
los pollos que le sirvieron y quiero pedirle un favor.
El hombre, muy servicial, le dijo:
* Pero como no.¿En qué puedo ayudarlo?.
Y el borracho le preguntó:
* ¿No me puede meter el dedo en el culo y decirme donde vivo que me perdí?.

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